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 “La jubilación es para los que se pasan la vida trabajando en algo que no les gusta”.

Woody Allen

La comunicación del individuo ha evolucionado hasta un punto tecnológico de no retorno, el nuevo perfil del profesional se mide en 3 de cada 4 casos a través de su impacto en el medio digital, recursos humanos en la era digital supone desglosar un análisis del usuario y sus interacciones en las plataformas y vías comunicativas que utiliza, en definitiva, las personas somos lo que publicamos.

¿Cómo afecta este hecho a las empresas en la actualidad?

Es imposible no comunicar, y si en un artículo anterior hacíamos referencia a que no existe la posibilidad de plantear o no una cara visible de la imagen corporativa en la escena digital, ahora reafirmamos la situación de la empresa moderna a través de sus stakeholders.

Siendo honestos, los públicos de una empresa definen la esencia de una marca, no hemos inventado la electricidad, pero si podemos conectar los intereses de los consumidores y trabajadores 2.0 para impulsar la ‘chispa’ que necesita nuestro negocio.

Las audiencias cada día se segmentan en miles de partículas, y la actitud del nuevo individuo, el “prosumer” (productor + consumidor), transforma una simple voz en opiniones multiplataforma, un prosumer puede hacer crecer o destrozar la reputación de una marca con la simple ayuda de su impacto en las herramientas digitales.

Los nuevos embajadores de marca se pueden catalogar así en dos tipos: trabajadores y consumidores.

La imagen de una marca, para interactuar con sus públicos debe posicionarse desde dentro hacia fuera, la comunicación interna y las herramientas de gestión pueden simplificar y generar una afiliación que se fraccione en las opiniones de los  nuevos trabajadores reflejando futuros impactos de marca.

¿Quién mejor que los propios empleados de una empresa para constatar una gran imagen corporativa?

Por supuesto, la RSC de una compañía y la visión de los empleados debe trabajarse en una dimensión corporativa por la que el empleado sienta que es parte de la empresa, por lo que no debemos delimitar esta acción como una estrategia económica, sino como una inversión en nuestros trabajadores.

El perfil profesional actual de nuestros empleados simboliza una difusión en gran escala, un flujo de opiniones, tanto interesadas como desinteresadas, que produce una conversión entre el desarrollo del branding o imagen personal del individuo junto al desarrollo absoluto de la imagen corporativa, una dimensión que crece de pocos a muchos, solo así conseguimos una imagen real de nuestros productos y servicios.

Debemos transformar a los empleados en socios.

Una vez hemos conseguido aunar el esfuerzo colectivo de nuestra comunicación interna, solo es cuestión de tiempo que la comunicación externa se consolide en la dirección en la que funciona nuestra empresa.

El nuevo consumidor entiende a la empresa desde diferentes prismas de relación en el ecosistema digital que pueden entenderse fácilmente en tono interrogativo:

  • Vinculo Corporativo: ¿Quién me ofrece un producto o servicio? ¿Cuáles son sus fines u objetivos?  ¿Qué experiencia corporativa ofrecen?
  • Vínculo De producto: ¿Qué me aporta el servicio?¿Qué usabilidad me genera su oferta? ¿Cómo cambia mi rutina a través de su producto?
  • Vínculo Emocional: ¿Por qué necesito a la empresa? ¿Por qué me necesita a mí? ¿Hacia dónde avanza nuestra relación? 

Los nuevos embajadores de marca representan la unión de un número reducido de personas que se fragmentan en múltiples plataformas, la dispersión y la visibilidad de una voz transmitida a miles, es lo que debemos conocer como el storytelling multiplataforma.